sábado, 12 de mayo de 2007

Resolución (involuntaria)

Soy tan idiota que te echo de menos.

Soy tan imbécil que, aunque no quiera reconocerlo (jamás lo haré, le pese a quien le pese), lo que más me gustaría es estar a tu lado.

Sin embargo, no me atrevo a decirlo en voz alta. Porque sé que si lo digo, será verdad. Y no quiero que lo sea. Me has hecho mucho daño (más del que tú te crees, mucho más) y no podré perdonarte nunca.

No obstante, te quiero aquí, para abrazarte, para besarte y para, algún día, decirnos todo lo que no nos gusta de nosotros y construir algo firme desde los cimientos. Porque sin terminar los cimiento es imposible ornamentar los techos. Ya nos equivocamos intentándolo.

Por eso hoy, aunque no venga a cuento, necesito gritar que te añoro. Preciso asustar al vecindario con mis palabras de deseo, de cariño, de comprensión y de disculpa. Te echo de menos. Y te he echado de menos mucho tiempo y no has querido consentir que deje de hacerlo. No te lo perdonaré nunca. Pero haré como que no ha pasado nada.

Porque no tienes tú la culpa. Y tampoco ha sido mía, aunque el terror, el desasosiego, el hundimiento, el miedo y la rabia han mellado mi alma y me han convertido en lo que no quiero ser, pero parece que empiezo a ser. O quizá sea demasiado tarde para dejar de ser. No lo sé, pero quiero cambiarlo.

Es una pena que estés tan lejos de mí, porque preciso hacerte el amor como nunca te lo he hecho. Porque necesito sentir tu cuerpo junto al mío y que tus nervios, el temblor de tu pecho, me diga que me necesitas.

Ambra diría "necesito amarte, necesito quererte, necesito amarte, necesito de ti". No voy a ser tan cursi y copiar sus palabras, pero sí me quedo con el último sentimiento. Necesito de ti. Necesito de ti. Necesito de ti. Te necesito, supongo que será la expresión correcta. Pero Necesito de ti es más apropiada.

Cómo me duele decir esto. Me queman las letras del teclado. Porque sé que no te tendré. Creo que es demasiado tarde. Aunque si así es, déjame hacerte el amor una vez y despedirme. Necesito sentirme feliz porque quieres ser mío y que yo sea tuyo. Nunca olvidaré ese sabor, ese olor, ese sonido maravilloso que emiten tus entrañas cuando estás junto a mí.

Y si no quieres que sea una vez, deja que mis sentidos se descontrolo en hasta el infinito. Y hazme que creer que tengo el control, aunque seas tú quien dirija la nave...

No hay comentarios: