Hace unos años escribí este texto para ayudar a una amiga que tenía un ligue le dijo "ven a casa a quitarme los calzoncillos, que yo no sé". Lo que comenzó como una frase para ligar se convirtió, porque somos un poco pérfidas, en un texto cómico que, mucho tiempo después, considero que fue el primer texto íntegramente cómico que escribí.
Hace como dos días me acordé de él y no sabía cómo ni dónde publicarlo. Luego me acordé de que tenía un blog y... Bueno, este es el resultado. No lo he corregido ni modificado de como lo escribí hace más de 10 años, así que espero que seáis benévolos. Sin más dilación, comienzan las:
INSTRUCCIONES PARA QUITARSE LOS CALZONCILLOS
Manual para los jóvenes que
quieran adentrarse en el mágico y fascinante mundo de esta asombrosa prenda de
ropa interior masculina.
Bienvenidos al fantástico mundo de los
calzoncillos. Con este sencillo manual aprenderemos a deshacernos de ellos con
gran facilidad, lo que nos hará poder disfrutar de todo un nuevo mundo de
sensaciones.
Paso nº 1: Asegurarse de
que uno lleva puestos unos calzoncillos. Un calzoncillo es esa cosa que nos
sujeta los genitales a los hombres y que tiene cuatro formas convencionales:
-
Slip: El clásico “fardahuevos” que sujeta las
partes nobles y las mantiene bien pegaditas a la entrepierna. El preferido por
los padres y personas adultas en general, sobre todo blancos y de algodón
-
Boxer clásico: De camal ancho, para hombres que
necesitan tener libertad en sus partes
íntimas. También es conveniente para adolescentes que tienen una gran capacidad
de “estimulación”.
-
Boxer ajustado: Variante del Boxer clásico que
cumple la misma función que el slip (mantener las cosas quietecitas y sin
zarandeos), pero que es mucho más estético y agradable a la vista.
-
Tanga: El más atrevido (y también el más
incómodo). Se trata de una pieza minúscula de tela que tapa lo justo y que se
mete por la raja de las posaderas. No es muy cómoda ni estética. Más bien queda
de lo más ridículo y sólo se les permite a los Strippers (también llamados
“Boys”) porque se los quitan en muy poco tiempo y tienen un cuerpo por el que
se les perdona hasta que lleven eso tan hortera.
Paso nº 2: Asegurarse de
que sólo se llevan puestos los calzoncillos en la zona de la cintura hacia
abajo. Los pantalones dificultan en gran medida la faena de quitarse los
calzoncillos, puesto que con ellos puestos es más difícil maniobrar (si no se
sabe uno quitar los pantalones, consultar pág.25, “cómo reconocer y quitarse
los pantalones uno mismo”). Los calcetines, por su parte, quedan de lo más
irrisorio en un hombre que se va quedar sin los calzoncillos, así que hay que
asegurarse de que también están fuera del cuerpo (pág. 14 “Cómo deshacerse de
los anti-eróticos calcetines en tres sencillos pasos”).
Paso nº 3: Si estás
leyendo esto es porque:
a)
Siempre ha sido algún familiar el que te ha quitado los
calzoncillos
b)
Nunca te has quitado los calzoncillos.
Si te encuentras en el caso a), continua
leyendo. Si, por el contrario, tu caso
es
el b), mejor que sigas leyendo esto cerca de una ducha porque cuando te quietes
los calzoncillos parecerá como si le quitases el envoltorio a una magdalena y necesitarás
una buena ducha, ¡estropajo Scotch Brite incluido, cerdo!
Paso nº 4:
Después de la segmentación de los lectores y de la elección del sitio adecuado
para la extracción de los calzoncillos,
pasaremos a la primera lección práctica: Colocar las manos las caderas de forma
que las yemas de los dedos toquen la goma que mantiene sujeto el calzoncillo a
la cintura (si en lugar de goma encuentras algo que no cede, es que aún no te
has quitado los pantalones, así que haz el favor de no hacerte el listillo e ir
a la pág. 25).
Paso nº 5:
Con un suave y lento movimiento, introducir las yemas de los dedos por debajo
de la goma elástica del calzoncillo, despacio y con delicadeza. (Si notas una
rascada que duele, es que no te has cortado correctamente las uñas, cosa que,
aparte de ser una guarrada, puede hacer que sangres, que no sería para nada
agradable y podría, además, causarte un trauma y no llegar nunca a conseguir
quitarte sólo los calzoncillos; pero eso es cuestión de psicología y traumas,
que no es la jurisprudencia de estas instrucciones). Cuando hayas introducido
las yemas dentro del elástico del calzoncillo, puedes pasar al paso siguiente.
Paso nº 6:
Una vez introducidas las yemas, procederemos a empujar el elástico para que
quede despegado de nuestra piel (si llevas slips, hay que tener mucho cuidado
con no estirar demasiado porque puede ocurrir que no quede suficiente espacio
para que se cobijen nuestras partes y obtengamos como resultado un tremendo
dolor en la zona genital; esta advertencia se hace muy importante en los
tangas, ya que la pieza de tela es menor y, por consiguiente, mayor es el
dolor).
Paso nº 7:
Una vez separado el elástico de la piel, procederemos a bajar el calzoncillo
hasta los tobillos, con un movimiento rápido y firme: Se agarra fuertemente el
elástico y se baja la espalda con los brazos en tensión y sin doblar las
piernas, hasta que los nudillos de los dedos pulgares toquen el hueso del tobillo
(hay que tener cuidado con el estado del pene en ese momento preciso, puesto
que no sería raro hacerse daño en la cara si tuviéramos una erección, con lo
que nos dolería tanto la zona de la cara en la que nos hubiéramos clavado el
miembro como el miembro en sí, que todos sabemos que es muy sensible).
Paso nº 8: Después de dejar suavemente el elástico en los tobillos, procederemos
a levantarnos para no dejar el culo sacado para fuera, puesto que, aparte de
quedar completamente antiestético, realizado en un vestuario masculino o en un
lugar atestado de hombres puede dar motivo a que alguien se piense lo que no es
y dejarte el trasero nuevo
Paso nº 9:
Lentamente levantamos la pierna izquierda (el autor es zurdo y por ello empieza
siempre con la pierna izquierda, pero el efecto es idéntico con la pierna
derecha) con el pie como si fuera un continuación de la pierna, pera que pase
por el camal del calzoncillo sin engancharse, ya que puede hacernos perder el
equilibrio, tropezar y caer, con lo que perderemos todo el atractivo conseguido
anteriormente.
Paso nº 10:
Para conseguir un efecto aún más arrebatador, la pierna que queda dentro de los
calzoncillos debe hacer un movimiento que requiere bastante práctica: se
levantará cogiendo el calzoncillo con el empeine del pie y con un giro lanzará
lo lanzará lejos, grácilmente, para que no estorbe en lo que se vaya a hacer
después (ya sea una ducha (muy recomendable si en el paso nº 3 descubres ser
del tipo b); un cambio de ropa interior o una relación de pareja).
Con estos
sencillos pasos conseguirás convertirte en un auténtico experto en el difícil
arte de la extracción de los calzoncillos. ¡Ánimo, campeón! Tú puedes hacerlo.
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