Una de libros (1)

No será la última, lo aseguro. La verdad es que, gracias a mi madre (nunca sabrá hasta qué punto se lo agradezco), llegué a conocer el mundo de las letras impresas y la fascinación que produce la lectura de un buen libro. O malo. Un libro, al fin y al cabo.

En mi otro blog ya hablé del reencuentro con un viejo amigo literario que me acompaña desde los 11 años. Pero hoy me gustaría compartir con todos vosotros un descubrimiento "nuevo" (lo pongo entre comillas, porque hace ya varios años). Son las "Memorias de Idhún". Sé que suena a niños -y, de hecho, lo es-, pero la evolución de los personajes es tan fantástica que merece la pena adentrarse y hacerse mayores con ellos.

Anoche terminé el último de los tres libros que forman estas memorias (y me costó un par de horas de mi preciado sueño, pero no podía posponerlo más). Y, como siempre que me introduzco en un nuevo mundo, lloré. Esta vez, lloré por la injustica de lo que ocurre, aunque sea un final feliz. Bueno, medio-medio.

Sin embargo, no es este final el que me hace escribir estas líneas. Es más una cuestión de homenaje. Homenaje a una autora que ha conseguido que me adentre en las características de unos personajes que, si hoy mismo llamaran a mi puerta, conocería casi a la perfección. Y no me había pasado desde que leí Los Pilares de la Tierra.

Y eso que es una historia difícil, muy fantasiosa y fantástica, pero con temas tan peliagudos como la religión, la política, la ecología y las relaciones "no convencionales" de fondo (y no tan de fondo...). Pero es increíble como Jack, victoria y Christian (me niego a llamarle Kirtash, como hacen sus enemigos) consiguen pasar a través de todo ello y resultar ilesos, literariamente hablando.

Es por eso que hoy me he decidido a plantar una entrada de libros. Porque alguien, alguna vez, dijo que un buen libro es el que cuando el lector lo termina, querría escribir la siguiente página. Y no me considero buen escritor, pero ansío conocer lo que les ocurre a los tres en su nueva andadura.

Laura, anda, cuéntanos que es lo que les pasa, porfa...