Que sí, que vale, que va, que voy... Dejad de hacer piquete en mi ventana, hogueras en mi puerta y de mandarme mensajes amenazantes en el buzón (físico, de correo electrónico y de voz), SMS, MMS -más que nada, porque no soy un chico amante de Mentes Criminales- y llamadas en las que jadeáis y gritáis y decís cosas que, qué queréis que os diga, me sonrojan incluso a mí (que es complicado).
He tardado mucho en actualizar, lo capto.
En mi defensa (siempre estoy con lo mismo) diré que no tenía nada que decir. Más que nada, porque para cagarme en distintos personajes más o menos públicos, no digo nada -con una he tenido bastante, aunque siga pensando que no hice nada más que expresar una opinión muy, muy personal-. Y como no tengo novio, ni exnovio cerca, ni amante, ni siquiera creo que pueda llegara tenerlo conforme me he puesto físicamente (me llaman Peter Griffin por la calle, no digo más), pues tampoco tenía nada que contar a nivel personal. Nada de nada.
Porque si por algo se ha caracterizado este inicio de año es por la palabra "nada". Los lectores de La Historia Interminable quizá lo entiendan . La nada más absoluta. Así que, para dejar esto en blanco, no decía nada, ¿no?
Y entonces vi un vídeo que me impresionó, me alertó, me sorprendió, me marcó... vamos, que vi una luz hacia el Tirol (donde las fiestas del Torico en Julio, para más señas)
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