domingo, 16 de julio de 2006

Tú más que nadie sabes lo rápido que cambia el tiempo


Acabo de ver una película muy negativa. Tanto que hasta a mí, que normalmente me crezco ante este tipo de demostraciones (el típico "a mí no me llega a tanto" que todos pensamos) me ha hecho reflexionar. Y aquí estoy, escribiendo para no sé quién -quizá sólo/solo para mí, quién sabe-, y pensando en cómo las relaciones con los demás me afectan. Por ejemplo, hace unos días falleció el abuelo de una persona que, aunque él no lo crea, o no lo sepa, es muy importante para mí. Y tengo miedo a decirle nada, porque creo que sería una actitud egoísta por mi parte. Y sin embargo, me gustaría abrazarle y decirle que todo irá bien, que el dolor pasará y se acostumbrará a él. Pero me sabe mal molestarle en su momento de dolo... Debo ser raro, pero así soy yo.

La película que he visto es El Hombre del Tiempo, y no sé si es por lo cerca que me toca -a mi madre, que la vio hace unos días, no le gustó en absoluto-, pero me ha llegado hasta el fondo. No creo que la vuelva a ver en mucho tiempo, porque creo que deprimiría hasta a Leticia Sabater, pero comsidero que todo aquél que se crea en una situación complicada o delicada, debería echarle un vistazo. Eso sí, por favor, no leáis la parte de detrás de la cinta: no es, para nada, una comedia. Y si os reís con ella... decidme por qué, porque yo no he hecho más que pensar en mi vida y no precisamente de manera positiva...

El caso es que me ha hecho querer escribir, cosa que hacía tiempo que no deseaba. Y sólo/solo por eso, merece la pena haberla visto.

Llevo dos semanas trabajando para Onda Cero, motivo suficiente para realizar una entrada. Es un trabajo en el que no sé si he aprendido mucho, pero estoy seguro de que me ha enseñado bastante. Tanto, que es estoy de nuevo convencido de que no quiero ser otra cosa que profesional radiofónico. Tanto, que ha hecho que lleve cuatro días sin fumar en absoluto (desde aquí pido perdón a todas las personas que sufren el que yo sea ex-fumador). Y también me ha hecho replantearme qué quiero hacer en la vida y cómo quiero vivirla. Pero eso no tiene que ver con la película. ¿O sí?

El caso es que recomiendo a todo el mundo El Hombre del Tiempo. No porque sea una película entretenida -a mí me ha dejado hecho polvo-, si no porque es un ejercicio de reflexión personal durante sus más de 120 minutos. Y en estos tiempos, cualquier cosa que invite a la reflexión, merece "quitarse el sombero". Así que, chapeau por vos, Nicholas Cage. Una vez más.

No hay comentarios: