Revelations, que es gerundio (o no)

Tras pasar unos días "convaleciente" por una pérdida voluntaria de dioptrías, he visto la luz.

Una luz cegadora al principio -hasta que al doctor se le ocurrió que igual, tras someterme a una intervención láser en los ojos igual podría molestarme la lámpara halógena del quirófano- y que poco a poco se ha convertido en una especie de foco revelador. Vamos, que he empezado a tener revelaciones como la Jennifer Love-Hewitt conversaciones con los muertos.

La operación ocurrió el miércoles, así que de ese día, aparte de que uno de los doctores era gay y monillo, poco más puedo decir. Mais que nada, porque me pasé todo el día aburrido, con hambre y, sobre todo, con los ojos cerrados. Vamos, que estaba yo para pocas revelaciones...

El jueves, después de quitarme las lentillas -quién me ibba a mí a decir que me molestaría tanto una lentilla, por Dior-, me pasé el día más aburrido que un mono, en casa, viendo una semifinal de Anatomía de Grey apasionante, con mi nueva visión (aún con algunos dejes de picor ocular) y con ganas de hacer cualquier cosa que significase salir de las cuatro paredes de la casa familiar, que a los 20 minutos comenzaron a hacerse asfixiantes. Será la libertad de vivir a 70 kilómetros, digo yo...

Y el viernes comenzaron las revelaciones. La primera de todas, gracias a mi amiga Leti (tan sabia, como siempre) fue que cada día soy más perra, cada día aguanto menos tonterías y cada día, como otra sabia amiga (y directora de una radio, así que con experiencia) dice, "tengo el coño para menos fandangos".

El sábado me di cuenta de cuánto echaba de menos las reuniones del Penadés. No significa que quiera volver a esa época -más que nada, porque era un pardillo, mucho más que ahora-, pero disfruté mucho de esas personas que me han visto crecer y evolucionar. Me quedé con ganas de más, pero no podía ser (y quizá mejor así, que ya habrá tiempo).

Pero la mayor revelación ha sido la de este domingo. Y es que... ¡me he puesto de los nervios (en el buen sentido) con el tenis! Es más, ¡me ha interesado algún deporte! O lo que es lo mismo, ¡Rose, aún hay alguna esperanza para mí!

Eso, unido a que me he quedado con la copla de que Federer es gay (o lo parece), me ha hecho pasar una tarde de domingo que se preveía de lo más tediosa, muy, muy entretenido.

Y es que con esto de ver las cosas de otro modo, he abierto una época de revelaciones en mi vida. Gracias, láser.

PD: lo de que Federer es gay, simplemente es por cómo lo he visto en el partido de hoy. Eso, unido a que es el único tenista que he visto salir al campo con traje de chaqueta blanco impoluto y vestirse con él, tras casi cuatro horas de partido intenso, para recibir el premio del campeonaton de Wimbledon... Es raro. Y ya, si vemos las imágenes de la postura y la cara de cuando ha metido el punto ganador...

Vamos, que o los suizos son muy especiales, o este chico entiende. Que me da lo mismo, pero me ha parecido curioso, interesante y muy revelador. Y es que de eso va esto hoy, ¿no?